ESTANCADA EN TACONES SOBRE LA CALZADA

No tenía ningún sentido que siguiera allí parada. A cada paso; hacia delante y hacia atrás, se endurecía el pavimento bajo sus pisadas. El suelo; cada vez más húmedo, crepitaba al recibir fuertes impactos por las escasas gotas de agua. Ella vacilaba en el mismo lugar en el que se encontraba. 

Pese a la ligera llovizna era un día seco. Apretaba los músculos de sus piernas, pues se mostraba tensa, y contraía los dedos de ambos pies una y otra vez, haciendo un leve movimiento de fricción sobre la plantilla de su zapato de tacón, opaco y negro, que tarde o temprano provocaría el descolocarla. 


Miró a ambos lados de la calzada. Primero a la izquierda, luego a la derecha. Su expresión era neutra. Pero el movimiento de su melena; La agitación de su flequillo , que sentiría como finos latigazos sobre sus mejillas, provocada por un brusco giro de cabeza, denotaba una actitud esperanzada. La perspectiva de que algo - desconocido - llegara, la sorprendiera, la ilusionara y la agarrase en volandas. 

Musa de la Glíptica

Supongo que el sueño de toda mujer alta es descubrir la ilusión de poder ser agarrada en volandas. 

CUANDO ERES TÚ, LAS COSAS CAMBIAN

Creí no saber nada del amor, pese a todas aquellas experiencias en la vida en las que el amor es mencionado, creí no haber sacado nada en claro. 

Había leído novelas; clásicas, dónde se hablaba de un amor romántico, puro, trágico. Pero también las leí actuales, dónde se dejaba el romanticismo a un lado y el amor era tratado con espontaneidad. Había visto películas, algunas te hacían sonreír, comedias con Final Feliz, otras sacaban lágrimas, durante escasos minutos eso sí, presentándote tortuosas historias de amor dramáticas, nostálgicas, melancólicas. Y también escuché historias; oí los amoríos de una amiga mientras tomábamos café, así como también escuchaba aquellas historias de amor que protagonizaban personas que apenas conocía narradas por mi familia. 

Habiendo estado tan presente a lo largo de mi vida, no entendía porqué aún no era toda una experta en la materia. No entendía porqué me sentía tan patosa al encariñarme de alguien, porqué me sorprendía al experimentar aquellas sensaciones, ni porqué me influenciaba negativa o positivamente el amor sobre mi carácter habitualmente inalterable, no me podía explicar como podía ser que no tuviera yo las riendas de mis propios sentimientos cuando estaba enamorada.



Había acumulado tanta teoría. Que no logré entenderla hasta una vez haberla puesto en práctica. Entonces es cuando empezaron a ocurrirme cosas; cosas que ya había leído antes, experiencias vividas por los protagonistas de mis novelas. Cosas que vería más tarde, en películas que me recordarían a mi propia historia. He vivido ilusiones y desengaños; al igual que todas las personas. Y sin embargo, nada se siente, nada se vive... Igual, en el amor, si no es en primera persona. 


Por eso he dejado de sentirme incómoda al desconocerlo todo acerca de este tema. Y es que del amor solo sé una cosa. Sólo he aprendido que; cuando eres tú, las cosas cambian.

Musa de la Glíptica

¿Y si te ocurriera a tí? Nunca imaginé que pudiera ocurrirme a mi. Es entonces cuando parece importante, es entonces cuando las cosas cambian

CON LOS AÑOS HE APRENDIDO

"Con los años he aprendido que la tristeza no es eterna, que los malos momentos pasan y que los buenos siempre llegan. Que el desamor puede llevarte a la locura, y que un beso dado en el momento justo todo lo cura."

  Sergio de Sa
515 DST

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